Cuando me sonreís narra el encuentro entre un hombre, Gastón Murfi, y una mujer, Luna Rivas, que aparentemente sólo tienen en común
la calle que apenas separa sus respectivos lugares de trabajo y los llevará a encontrarse y desencontrarse, pelearse y enamorarse.
Gastón Murfi es un exitoso promotor musical dueño de un carisma único. Tiene todo lo que un hombre de su condición pude desear: salud, dinero, amor,
talento, belleza, prestigio y éxito, pero las apariencias engañan. Detrás de la imagen del empresario exitoso, se esconde un hombre fóbico y
temeroso, con miedo a la incertidumbre y al compromiso.
Luna Rivas es una abogada que tempranamente se dio cuenta que la justicia que ella buscaba no estaba en tribunales y cambió el código
civil por pinturas al óleo, ollas y sartenes: puso un coqueto restó-bar que descuida más de lo que atiende. Más atenta a lo que pasa entre sus
vecinos que en su propio local, siempre tiene una excusa para cruzarse en frente.
Él es callado, ella habla mucho. Él es específico, ella desbordada.
Él es puntual y formal, ella difícilmente llega a tiempo y forma.
Ella no quiere conocer más hombres en su vida y está sola.
Él no necesita conocer más mujeres: tiene una novia a su medida, preciosa, inteligente, seductora y “perfecta”. Ella tiene una hermana. Él no tiene familia, pero de pronto en su vida irrumpen un supuesto hijo y un padre que nunca le hubiera gustado haber tenido.
Cuando ella lo conoce, le encanta. Cuando él la conoce, se jura que no quiere volverla a ver en su vida.
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